Gusto.
El órgano relacionado con el gusto es la lengua, aún que también intervienen otras partes de la boca. Además en la sensación del sabor intervienen también el sentido del olfato ya que los alimentos también desprenden moléculas gaseosas, que son captadas por los receptores olfativos.
Cuando comemos algo, los dientes lo desmenuzan. Solo en estado líquido, las partículas químicas pueden alcanzar los receptores del gusto: las papilas gustativas.
Las papilas son pequeñas protuberancias distribuidas en la superficie superior de la lengua, a la que confieren un aspecto rugoso. También existen en el paladar en la faringe y en las amígdalas. Existen varios tipos diferentes, y en los laterales de las papilas se encuentran las células sensoriales, alargadas y provistas de cilios, los cuales son estimulados por sustancias químicas disueltas. Las células forman botones gustativos, que están en contacto con fibras nerviosas. Las fibras recogen y transmiten las sensaciones al nervio gustativo. Este nervio lleva la información al centro gustativo del cerebro.
Al ingerir y masticar el alimento, su olor entra en las fosas nasales. La combinación de las sensaciones gustativas y olfativas configura la percepción final del sabor en la corteza cerebral.
Cuando comemos algo, los dientes lo desmenuzan. Solo en estado líquido, las partículas químicas pueden alcanzar los receptores del gusto: las papilas gustativas.
Las papilas son pequeñas protuberancias distribuidas en la superficie superior de la lengua, a la que confieren un aspecto rugoso. También existen en el paladar en la faringe y en las amígdalas. Existen varios tipos diferentes, y en los laterales de las papilas se encuentran las células sensoriales, alargadas y provistas de cilios, los cuales son estimulados por sustancias químicas disueltas. Las células forman botones gustativos, que están en contacto con fibras nerviosas. Las fibras recogen y transmiten las sensaciones al nervio gustativo. Este nervio lleva la información al centro gustativo del cerebro.
Al ingerir y masticar el alimento, su olor entra en las fosas nasales. La combinación de las sensaciones gustativas y olfativas configura la percepción final del sabor en la corteza cerebral.